Desde que comencé mis estudios en la facultad de medicina, he sentido una profunda curiosidad por encontrar formas sostenibles y naturales de tratar las enfermedades, especialmente las crónicas.
Recuerdo haber planteado a mis profesores la pregunta de por qué solemos tratar una enfermedad crónica con tantos medicamentos a largo plazo, que a menudo solo provocan efectos secundarios y, en muchos casos, enmascaran la causa real de la enfermedad. Me decepcionó descubrir que la mayoría de los médicos adoptan este enfoque: soluciones rápidas para todo, en lugar de abordar la raíz del problema, la causa fundamental que desencadenó toda la cadena de eventos.
En medio de mis frecuentes momentos de frustración, decidí que debía encontrar una forma más efectiva de tratar y mejorar las enfermedades, de manera que los pacientes pudieran comprender el proceso y empoderar su voluntad para prevenir otro episodio. Muchos de mis colegas pensaron que estaba equivocada, incluso loca. Sin embargo, con el tiempo, los resultados me demostraron que estaba en el camino correcto. Descubrí una manera de mejorar e incluso eliminar las enfermedades crónicas de forma natural, sostenible y duradera.
A través del programa de regeneración celular, aprendí a comunicarme con las células, a negociar con ellas y a hacer que comprendieran y recordaran su código saludable, el cual necesitan recuperar para restaurar la salud. Este enfoque ha mostrado resultados sorprendentes con la mayoría de los pacientes adultos, e incluso con los niños, aunque en ellos es una historia diferente. En los adultos, los efectos son profundos y de largo plazo, impactando positivamente en su bienestar futuro.
El programa de regeneración celular incluye una combinación de hipnosis, meditación, nutrición, ejercicio, sueño, suplementos y ajustes en el estilo de vida. Es totalmente único e individualizado, y no se utiliza el mismo protocolo para todos los pacientes. Cada uno recibe un plan adaptado a sus condiciones específicas.